Se trata de Carlos Villegas, ministro de Hidrocarburos de Bolivia. Lo recibirá su símil argentino, Julio De Vido, y luego viajará a Brasil. Buscan juntar a los tres presidentes. Bolivia no podrá cumplir con abastecimiento pactado a la Argentina.Villegas llegará al país el próximo viernes 18 y será recibido por el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido. Inmediatamente, partirá hacia Brasil, donde se encontrará con el ministro de Minas y Energía de aquel país, Nelson Hubner.El objetivo del funcionario del gobierno masista de Evo Morales es concertar una reunión entre los presidentes de los tres países, para dirimir cuestiones relativas al principal recurso natural boliviano.Según Villegas, Morales, Lula da Silva y Fernández de Kirchner se encontrarán en una próxima reunión del Mercosur o de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), en vistas de concertar una fórmula para la distribución de gas andino, a fin de evitar restricciones durante el próximo invierno en Argentina. Al anunciar su gira por los países vecinos, el ministro aseguró que "El objetivo es que tanto Argentina como Brasil no tengan problemas en los momentos de mayor demanda".
Problemas de abastecimiento
En un contexto de ya reconocidos problemas energéticos por parte del gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner, la provisión de gas es fundamental, sobre todo en vistas del próximo período invernal. Tanto en los peores momentos del invierno, como en estos calurosos días veraniegos, el sistema eléctrico nacional funciona al límite de su capacidad. Casi 60% de la generación de energía eléctrica depende de centrales térmicas, que utilizan gas o gasoil para funcionar, dos recursos cuya producción escasea en el país.En invierno, el desabastecimiento de gas se produce a causa del aumento de la demanda residencial; y de esta forma pone en aprietos al sistema eléctrico nacional.En verano, el abastecimiento de gas se normaliza, pero la generación eléctrica se encuentra igualmente al límite. El pasado miércoles, el mismo día en que se pusieron en marcha los planes piloto de reemplazo de, en principio, cinco millones de lamparitas incandescentes por otras de bajo consumo, la presidenta argentina reconoció que existieron el martes por la noche 50.000 cortes de luz simultáneos en la ciudad de Buenos Aires, en el Conurbano bonaerense y La Plata. Para intranquilidad del gobierno de Fernández de Kirchner, el ministro Villegas ha admitido en los pasados días que Bolivia no tendrá el gas suficiente para cumplir con los volúmenes acordados en su contrato con Argentina, aunque pretende garantizar un envío que sea regular para este año.El contrato firmado entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) y la argentina Enarsa estipula una provisión de 7,7 millones de metros cúbicos diarios (MCD) de gas, cantidad que representa cerca de 4% del consumo diario local. Pero, a su vez, acordó que a partir de 2009 y 2010 entregarían otros 20 millones de MCD más.Ahora, Villegas estimó que sólo podrán proveer entre 2,7 y 4,6 millones de MCD. Esto es así porque la producción boliviana en 2008 alcanzará los 42 millones de MCD; pero tiene comprometidas para consumo interno 6 millones de MCD y para el abastecimiento brasilero (contrato con Petrobrás) aproximados 30 millones de MCD. Pero el optimismo es una constante en las relaciones diplomáticas. Como ahora, en julio pasado, ante problemas de abastecimiento, el mismo Villegas, tras presentar junto a De Vido un pliego de licitación para la primera etapa de la construcción de la planta separadora de gases que se hará en Tarija, aseguraba que cumplirían con lo acordado: "Nosotros vamos a cumplir con nuestra obligación -sostenía el ministro- y vamos a darle a Argentina los 27,7 millones de metros cúbicos de gas acordados". A su vez, se espera que el precio de venta a la Argentina se eleve nuevamente, de los actuales US$ 5 a más de US$ 6, bastantes superiores a los US$ 4,9 dólares por millón de BTU que paga Brasil. Mientras Petrobrás se vende a sí misma en la frontera boliviano-brasilera, Argentina compra el gas a partir de un contrato con YPFB, la cual adquiere el gas a su vez a diferentes contratistas.
No te querré eternamente
El pasado 5 de noviembre, antes de realizarse la XVII Cumbre Iberoamericana en Chile, Lula reconoció que el país que gobierna "depende del gas de Bolivia", pero se confió en que "muy en breve, Brasil también será independiente en la cuestión de la producción de gas". Tan optimista declaración estaba alimentada por el entonces reciente descubrimiento de un mega-reservorio de petróleo y gas en la plataforma marítima brasilera, que ubica al gigante sudamericano entre las mayores potencias petroleras del mundo.El ex ministro de Hidrocarburos boliviano durante el primer año de gobierno de Evo Morales, Andrés Solíz Rada, artífice del decreto de nacionalización del petróleo y el gas "Héroes del Chaco", firmado el 1° de mayo de 2006, coincide con Lula en que Brasil pronto acabará con la dependencia del gas boliviano. En una nota recientemente difundida, el ex funcionario explica que "El estratégico acuerdo de Lula y Bush sobre biocombustibles, el descubrimiento del campo "Tupí" (en las costas de San Pablo), el retorno a la energía nuclear, la instalación de plantas hidroeléctricas en el Río Madera en perjuicio de Bolivia, las compras de LNG de Indonesia y el desarrollo de energías alternativas, permiten a Brasil mirar su futuro energético con relativa tranquilidad a mediano y largo plazo. (Aunque) en lo inmediato, no puede prescindir del gas boliviano."
Inversiones para cumplir con la demanda
Luego del distanciamiento provocado entre Lula y Morales, a raíz de la decisión del presidente boliviano de nacionalizar los dos campos de gas más importantes del país que se encontraban en manos de Petrobrás, la estatal petrolera brasileña anunció hace pocos meses que reanudará las inversiones en el país de mayorías indígenas, por un monto de US$ 750 millones. El pasado 3 de enero, en conferencia de prensa, el titular de YPFB, Guillermo Aruquipa anunció que en 2008 contarán con inversiones en el sector por US$ 1.266 millones. La estatal boliviana aportará US$ 389,5 millones. En tanto, unas 12 transnacionales contribuirán con US$ 967 millones. Sin embargo, ninguna de estas inversiones permitirá en el corto plazo revertir el déficit en la producción gasífera.
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