La demanda creciente de hidrocarburos, y la caída de la producción por el agotamiento del recurso, plantean a la humanidad un grave déficit energético que impulsa la búsqueda de fuentes alternativas y promueve el ahorro del consumo con conciencia ecológica.Las cotizaciones del vital elemento marcan una crisis, acentuada a principios de esta década, cuando el barril de petróleo cotizaba alrededor de 20 dólares en el mercado internacional. Hace 12 meses ese precio había trepado a u$s 50 y ahora ha superado los 100 dólares.Esta tendencia es un claro indicio para impulsar la búsqueda y producción de crudo, como también implementar políticas de conservación y uso eficiente de la energía fósil. Así lo están ejecutando numerosos países emergentes. Sin embargo en Argentina cayó por sexto año consecutivo la producción de petróleo. Durante el año pasado, el crudo nacional se contrajo 2,5%, y acumula una caída del 32% desde 1998, mientras que el gas natural ha descendido 2,4%, desde 2004, según la consultora Economía & Regiones.La caída de las reservas y de la producción de hidrocarburos no tiene que ver con la ausencia de posibles yacimientos sino a la falta de políticas que alienten inversiones que enfrenten el riesgo exploratorio. Los productores de hidrocarburos en los últimos años, salvo ciertas excepciones, pusieron más énfasis en extraer de pozos conocidos que en incorporar nuevas reservas. Por ello debe priorizarse la inversión de genuinos capitales de riesgo para el desarrollo de áreas potencialmente productivas. Será crucial un nuevo régimen de estabilidad tributaria similar a la Ley de Minería que impulsó la actividad, años atrás, pero sin sorpresas ni cambios en las reglas de juego.Además, de acuerdo al análisis citado, lo que motiva las caídas de la producción son las sucesivas intervenciones del Gobierno Nacional. El Estado actúa a través de normas y acuerdos que regulan los precios de comercialización de los hidrocarburos: limita las cantidades exportadas y aplica elevadas retenciones. Esto deteriora la rentabilidad del negocio y frena la inversión.Con una política de hidrocarburos que aliente la explotación petrolera, se evitará el riesgo latente de caer en un desabastecimiento que solo lo podrá paliar la onerosa importación de combustibles.
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=275357
martes, 20 de mayo de 2008
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